martes, 17 de marzo de 2020


LA IGLESIA EN EL MAELSTROM V

 Contra las aguas corruptas


13.- Conocimiento viciado.— El movilismo pone en movimiento la doctrina y la sumerge en la trituradora del Maelstrom, para que sufra mutaciones y se adapte al siglo. Su objetivo es claro: que no haya certezas, que se disipen las seguridades, que queden anegados de 1789 los conceptos. El mutacionismo ha penetrado la Nueva Teología y el personalismo, descuajándolos del orden de las esencias. Ha puesto fecha de caducidad al derecho natural. Ha sometido al hombre al estro moderno y sus afanes de autodeterminación. Ha criminalizado la sagrada escolástica, con grave daño. —Contra esto, la romanitas católica: contemplarlo todo sub specie aeternitatis. Fundir en bronce la doctrina cristiana para que sea para siempre.
14.- Entre dos aguas.— Hay un movimiento bueno y otro malo. El primero es perfectivo, de vida y gracia, de virtud; del agua viva, que salta hasta la eternidad  (Cf. Jn 4, 14); del crecimiento que sólo Dios concede (Cf. 1 Cor 3, 6) y nunca el hombre. Pero el segundo es de la corrupción, de la disipación de la verdad en anfibologías, en el espíritu perverso de la ambigüedad; en el ardid con que el pecado ha sometido al mundo (Cf. Rom. 8, 21). —Contra esto, la precisión escolástica y la estabilidad sacramental, la armonizacion jerárquica de los saberes contra todo sinfonismo, contra todo situacionismo pastoral, contra toda destemplada relacionalidad.
15.- Agua estancada, agua envenenada.— Al movimiento bueno le aplicamos el refrán y el lema: capiunt vitium, ni moveantur, aquaese corrompen las aguas si no se mueven. Justiniano, en Digesto, 1, 8, 2, enseña que el agua buena es de justiciaaqua profluens iure naturali communis, agua que corre es común a todos por derecho natural. La recta doctrina ha de ser común a todos. Dar agua mala es acto de injusticia.
16.- El agua mala es devenir.— Que pretende transmutar el ser en voluntad, y hacerse fuerte en la historia, contra el Reino. La mente del devenir engendra monstruos. Es el nuevo orden de Kant, de Hegel, de Marx, del Modernismo, de la Declaración de pretensiones del hombre, pero en plan piadoso. Es la guerra del devenir contra el ser, por la que el Modernismo, en la Iglesia actual, sigue y  sigue y crece. Castellani, cabalmente, lo diagnostica en De Kirkegord a Santo Tomás
«Hegel llevó esta filosofía, separada o profana a su cúspide, como él lo dijo, y es verdad. Hizo un “Sistema” completo y cerrado, admirablemente arquitecturado, que viene a ser como el Sistema de Aristóteles invertido: Aristóteles se fundó sobre el ser y por ende, el principio de contradicción; Hegel se funda sobre el DEVENIR, o sea el movimiento; de modo que ambos son del todo incompatibles. K. detuvo a Hegel para siempre, retirándole simplemente la base; por eso pude titular yo paradojalmente “De K. a, Tomás de Aquino”. Hegel no tuvo ni tiene discípulos, anoser se quiera nombrar tal a Heidegger— creo que no se puede. De él surgió en lo teórico la elaboración del ateísmo— Feuerbach — y en lo práctico el comunismo de Marx; y dentro del cristianismo la herejía del Modernismo, que sigue hasta ahora: sigue y crece
17.- Contra las aguas corruptas.— Solo cabe un camino: traditio. Recibir, constantemente, el legado, recibirlo, mantenerlo intacto, protegerlo con la vida, transmitirlo, entregarlo. Contemplar este proceso sub specie aeternitatis, bajo la perspectiva de lo eterno. Con Escritura y Tradición, y tradiciones — la hispánica, para nosotros— recuperar y restaurar la identidad católica sustentada en el Depósito. Desvincularse del existencialismo francoalemán y sus remolinos. Pararse, detenerse, por gracia, en el Maelstrom, e invocar un principio de estabilidad, que es la Cruz de Cristo. Cerrar la rendija al humo de Satanás, y realizar la traditio.
David González Alonso Gracián

Nota del Administrador: No tiene desperdicio el llamar "Declaración de las pretensiones del hombre".